domingo, 29 de mayo de 2016

Codependencia, amos, esclavos, emociones.


Después de una clase de filosofía del arte en la facultad, me surgió la necesidad de investigar más sobre las expresiones de las personas y los vínculos afectivos entre las mismas.

En la clase nos explicaron la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel, que dice que en una relación entre dos personas, (no necesariamente amorosa, sino también social), hay un amo que ejerce poder y manipulación sobre un otro que es su esclavo durante un período de tiempo indeterminado.

Sucede que el esclavo crea su propio mundo con las herramientas que tiene y llega un punto en el cual abre los ojos y se da cuenta que si su condición de esclavo esta determinada por la existencia del amo, entonces la condición del amo esta determinada por la existencia del esclavo.

Tras esta revelación ambos dejan de ser amo y esclavo respectivamente y su relación entra en un periodo de crisis y adaptación, cargado de revoluciones y conflictos. Lo importante es que no hay retorno, ninguno de los dos volverá a ser el mismo.

Si bien la teoría es explicada desde un lugar politico-social para darle mas sentido, comencé a interesarme por las relaciones entre las personas y la dependencia que se genera entre ellas.

Así llegue a conocer el termino de codependencia, por diccionario significa condición psicológica en la cual alguien manifiesta una excesiva, y a menudo inapropiada, preocupación por las dificultades de alguien más o por un grupo de personas.

Pero lo mas interesante lo descubrí tiempo después, no solo leyendo sino hablando con las personas sobre sus relaciones, mas que nada escuchando, historias de parejas, amigos, familias, trabajo... relaciones entre dos partes que también pueden ser grupos de personas de un lado u otro de la dialéctica.

La mejor parte vino cuando me di cuenta que para obtener esta información, casi buscada inconscientemente, necesitaba abrirme yo también, y empezar a hablar sobre mis relaciones y mis vínculos, así descubrí que algunos vínculos de mi vida que parecían sanos no eran más que casi destructivos.

Para no apresurarme a sacar conclusiones empece a prestar atención a mis relaciones y mis movimientos en el entorno, de forma consciente, en la medida que era posible escuchaba mis palabras y las palabras del otro, después las escribía y volvía a pasar por el filtro de la teoría del amo y el esclavo.

Es que son las palabras y los silencios las que nos hacen esclavos... y dentro nuestro hay una voz interna, esas son nuestras emociones, a ellas hay que escuchar, lo que pasa es que el cerebro se ocupa de anular las emociones y lo expresa con dificultades y trastornos físicos que operan sobre uno de forma destructiva.

Así solté algunas de las cadenas que tenia, otras todavía las tengo muy arraigadas, el camino de la codependencia es largo, difícil y engañoso, no puedo decir que se todo al respecto, pero puedo decir que sabiendo esto se abren un mundo de posibilidades nuevas y emociones que ni sabia que existían, y hoy elijo transitar este camino con quienes quieran sumarse o sola, pero adelante, siempre.

Quién soy?

El año pasado, en una entrevista de trabajo, el reclutador para “descontracturar” la reunión se sentó canchero en el escritorio y me pregun...